viernes, 25 de abril de 2008

MAS santiago



Acaba de salir a luz pública la noticia que se autorizó la extensión urbana de Santiago en 9.266 hectáreas, cosa que me tiene muy enojada.
En una ciudad que no consigue ordenarse, con un transporte público que no funciona y que no tiene financiamiento, con el consecuente caos en el tráfico, me parece inaceptable que la ciudad se expanda.
Desde un comienzo estuve de acuerdo con el proceso de densificación de la ciudad pero, desde el comienzo se ha hecho mal. Se permite densificar pero no hay reglas que regulen. Se tiran casas y edificios preciosos mientras existen zonas en la ciudad donde no hay nada que rescatar. Hay sectores en Santiago poniente, quinta normal y otros donde casi todo es “tirable”; es ahí donde debería centrarse la renovación urbana… cosa que no sucede, sin embargo, arrasan con sectores donde se tiran propiedades en perfecto estado.
A lo anterior se agrega que las normativas para renovación tienen “Cero” consideración con lo preexistente, es asi como sectores como Julio Prado, donde lo que existe es de fachada continua, está siendo reemplazado por edificios estandar, con el respectivo antejardín y distanciamiento a medianeros, acabando con la armonía del entorno.
No tengo ninguna duda de que, previo a que todos supiésemos de esta expansión, las empresas inmobiliarias ya estaban al tanto y, no tengo duda tampoco de que gran parte, si no toda, de esa superficie ya le pertenece a las empresas inmobiliarias. Yo creo que detrás de esta decisión hay un gran trato político y un absoluto negociado. Obviamente que no es lo mismo comprar terreno rural a 0.25 UF/m² vesus lo que tendrian que pagar por terreno urbano, comprando casas para derribar. Como ciudadana me siento estafada.
Y, de todo esto, surge otro tema importante. Contrario a lo que los políticos pretenden convencer, esto afecta, como siempre, a los mas pobres.. No hay expansión en la zona nor-oriente, donde la ciudad está ordenada, hay buenas calles y transporte público que funciona. La expansión es hacia los sectores donde vive gente que ya tarda a lo menos 2 horas en trasladarse desde su casa a su lugar de trabajo, en un sistema de transporte inhumano…
El gobierno y los políticos no están dispuestos a asumir el enorme costo que tendría generar un cambio cultural que obligue a la gente a vivir en departamentos y no es casas. Se hacen casas de 45 m² en terrenos de 150 m² en vez de hacer tres unidades de 45 en el mismo terreno.
Más Santiago.
alejandra cruz