En el articulo anterior hablamos de arquitectura realista haciendo referencia a la construcción pura y dura. ¿Y los concursos realistas?
Hace unos días leía: “…si participar en un concurso antes era un intento de cambiar la realidad, presentarse ahora es intentar ingresar en una realidad ya delimitada”.
Nos hemos presentado a más de 100 concursos y hemos ganado mas de 20, pero es cierto, en la mayoría de los casos ha sido más importante transmitir profesionalidad que proponer avances. Y si han existido han sido muy pequeños y casi siempre dentro de los límites preestablecidos por el cliente correspondiente.
“¿Con que vamos a ganar este concurso? Es la frase que siempre nos repetimos para encontrar, de una forma fría y calculadora, la idea que capte la atención del jurado.
No podemos evitar seguir por este camino pero sí podemos añadir una bifurcación. Como si se tratara de un deseo de navidad hemos organizado dentro de las estructuras del despacho un “departamento de sueños”.
No esperamos ganar tantos concursos “sin límites” como los que hemos ganado “dentro de los límites”. No nos tiene que importar.
Si los concursos son la gimnasia del despacho, ya es hora de que los clientes-jurados hagan un poco de ejercicio. Eso sí nos importa.
Hace unos días leía: “…si participar en un concurso antes era un intento de cambiar la realidad, presentarse ahora es intentar ingresar en una realidad ya delimitada”.
Nos hemos presentado a más de 100 concursos y hemos ganado mas de 20, pero es cierto, en la mayoría de los casos ha sido más importante transmitir profesionalidad que proponer avances. Y si han existido han sido muy pequeños y casi siempre dentro de los límites preestablecidos por el cliente correspondiente.
“¿Con que vamos a ganar este concurso? Es la frase que siempre nos repetimos para encontrar, de una forma fría y calculadora, la idea que capte la atención del jurado.
No podemos evitar seguir por este camino pero sí podemos añadir una bifurcación. Como si se tratara de un deseo de navidad hemos organizado dentro de las estructuras del despacho un “departamento de sueños”.
No esperamos ganar tantos concursos “sin límites” como los que hemos ganado “dentro de los límites”. No nos tiene que importar.
Si los concursos son la gimnasia del despacho, ya es hora de que los clientes-jurados hagan un poco de ejercicio. Eso sí nos importa.
pedro ondoño